martes, 17 de octubre de 2017

CONTEXTO HISTÓRICO

1870 – Revolución marginalista:

La década de 1870 supuso una ruptura radical con la economía política anterior; esta ruptura se denominó la revolución marginalista promulgada por tres economistas: el inglés William Stanley Jevons; el austríaco Antón Menger; y el francés León Walras. Su gran aportación consistió en sustituir la teoría del valor trabajo por la teoría del valor basado en la utilidad marginal. Los economistas políticos clásicos consideraban que el problema económico principal consistía en predecir los efectos que los cambios en la cantidad de capital y trabajo tendrían sobre la tasa de crecimiento de la producción nacional. Sin embargo, el planteamiento marginalista se centraba en conocer las condiciones que determinan la asignación de recursos (capital y trabajo) entre distintas actividades, con el fin de lograr resultados óptimos, es decir, maximizar la utilidad o satisfacción de los consumidores.
Durante las tres últimas décadas del siglo XIX los marginalistas ingleses, austríacos y franceses fueron alejándose los unos de los otros, creando tres nuevas escuelas de pensamiento.
- La escuela austríaca, que se centró en el análisis de la importancia del concepto de utilidad como determinante del valor de los bienes, atacando el pensamiento de los economistas clásicos, que para ellos, estaba desfasado. Un destacado economista austríaco de la segunda generación, Eugen Von Bóhm- Bawerk, aplicó las nuevas ideas para determinar los tipos de interés, con lo que marcó para siempre la teoría del capital.
- La escuela inglesa, liderada por Alfred Marshall, intentaba conciliar las nuevas ideas con la obra de los economistas clásicos. Según Marshall, los autores clásicos se habían concentrado en analizar la oferta; la teoría de la utilidad marginal se centraba más en la demanda, pero los precios se determinan por la interacción de la oferta y la demanda, igual que las tijeras cortan gracias a sus dos hojas. Marshall, buscando la utilidad práctica, aplicó su análisis del equilibrio parcial a determinados mercados e industrias.
- La escuela francesa profundizó en la Teoría Marginal desde el punto de vista económico en términos matemáticos, desarrollada por Walras. Para cada producto existe una función de demanda que muestra las cantidades de productos que reclaman los consumidores en función de los distintos precios posibles de ese bien, de los demás bienes, de los ingresos de los consumidores y de sus gustos. La economía walrasiana es bastante abstracta, pero proporciona un marco de análisis adecuado para crear una teoría global del sistema económico.


    Relación “economía – industrial”:
    No considerarse casual que la ciencia económica naciera como tal en el mismo momento histórico y país que la revolución industrial: la Inglaterra del último cuarto del siglo XVIII.



    El sector puede ser subdividido en muchos tipos. La primera clasificación la realizó el economista francés Jean-Baptiste Say (1767-1832), que distinguía entre industrias extractivas, que transformaban recursos naturales en productos utilizables por el resto de la industria; manufactureras, que convertían estos productos en bienes de consumo o inversión; y comerciales, que los distribuían a los consumidores.
    La industria se ha organizado de diversos modos desde sus orígenes. Hasta el siglo XVIII predominaban dos formas: el taller artesanal, durante muchos siglos organizado en gremios, y la industria domiciliaria, microtalleres controlados por comerciantes que suministraban materiales a trabajadores agrícolas, que así obtenían un complemento de renta.
    Tras la Revolución Industrial se generaliza la fábrica. El sistema fabril permitió la generalización de la división del trabajo. Las sucesivas mejoras organizativas permitieron la especialización de funciones, la estandarización de procedimientos (taylorismo) y la producción en cadena (fordismo).
    Desde la década de 1970 la industria entró en crisis. Los cambios en la demanda y las innovaciones tecnológicas están forzando transformaciones radicales en su organización, estos dos fenómenos fuerzan la adopción de sistemas productivos en tiempo real (just-in-time) que reducen la necesidad de almacenamiento pero incrementan el consumo de transportes.
    Se está dando paso a redes interconectadas de pequeñas y medianas empresas en distritos industriales, con una mayor capacidad de adaptación a cambios bruscos de la demanda.
    Debido a estos cambios aumentan las tasas de desempleo y las perspectivas no apuntan a su reducción, a pesar de las tasas de crecimiento de la economía. Además, es ahora cuando se comienza a valorar el serio deterioro ambiental que la industria ha generado, por contaminación de la atmósfera, de las aguas o del suelo

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BIBLIOGRAFIA

Hitz, L. H. (2011) Definición de la administración. Administración industrial y general [Libro], No.117. Bogota D.C. ROBBINS, STEPHEN P; ...